07-11-10 - Al galope por la Villa de las Ferias
Más de un centenar de turistas participan en las rutas ecuestres de Medina - PATRICIA GONZÁLEZ | MEDINA DEL CAMPO.
|
Un grupo de excursionistas a caballo por los alrededores de Medina del Campo. :: FRAN JIMÉNEZ |
|
Ángel Fouz Soto nunca imaginó que pudiera descubrir Medina del Campo a lomos de un caballo. Gallego de 28 años, con una experiencia limitada en el mundo ecuestre, estuvo de visita en la villa y, tras conocer sus los edificios más emblemáticos, decidió tener una visión diferente del municipio. «Había realizado un curso de equitación en el extranjero, ya que trabajaba fuera de España, y cuando me enteré de que en Medina hacían rutas a caballo no me lo pensé dos veces y decidí participar en una de ellas», recuerda Fouz antes de explicar que fue «una experiencia muy interesante y altamente recomendable».
Pasear durante dos horas por los campos castellanos y tener una panorámica de la villa de las ferias por tan solo 12 euros es desde el pasado septiembre una de las opciones lúdicas y turísticas que más adeptos está ganando en la comarca. Tal es así que hasta el momento más de cien turistas alojados en los balnearios, hoteles y casas rurales de la zona ya han realizado una de estas rutas ecuestres durante los fines de semana, resume el responsable de la actividad, Amadeo Pérez Nieto, quien aclara que su «sector ha tenido pérdidas con la crisis, ya que montar a caballo es caro», por lo que decidieron poner en marcha las rutas ecuestres a precios accesibles «y está funcionando bien».
Profesionales titulados
Desde niños de seis años a mujeres de cuarenta, la edad no importa. Lo importante es relajarse y disfrutar del paisaje. Bajo esta consigna, el picadero Las Fuentecillas se ha convertido en el primero de la zona en realizar rutas a caballo por los pagos medinenses. «Las personas participantes en esta actividad no necesitan de ninguna experiencia previa en montar a caballo», explica Pérez Nieto, ya que «la ruta y la clase inicial están guiadas por profesionales titulados en formación ecuestre».
Además de turistas, los niños y adolescentes son el segundo grupo potencial al que están dirigidas estas rutas. «Los niños son los principales destinatarios de esta actividad», asegura Pérez Nieto, quien destaca que los clientes «que vienen a probar un día repiten». Y este fue el caso de Ana Torrijos, de 40 años, quien el pasado año decidió apuntarse a clases de equitación. «En mi familia nunca hemos tenido caballos, pero a mí siempre me gustó y el año pasado un amigo se compró uno y me dijo, vente un día y pruebas», relata la protagonista, quien asegura que «desde entonces no puedo dejar de montar todos los fines de semana».
Una vez ensillados los caballos, los participantes realizan una serie de vueltas en un circuito cerrado. Tras calentar motores, los jinetes salen del picadero y atraviesan un tramo del polígono industrial, cerca del picadero. Tras recorrer en fila india los 300 metros de asfalto de la calle Labradores, el grupo se adentra en el campo. «Normalmente solemos hacer la misma ruta, pero no descartamos la posibilidad de ampliar las zonas cuando esté finalizado el proyecto de las cañadas reales y esté en marcha la bici-senda», anticipa Amadeo Pérez Nieto.
Durante las dos horas de travesía, los jinetes cabalgan al trote e, incluso, al galope en ciertos tramos de la ruta y suben hasta un montículo donde observan todo el perfil de la villa. Una vez finalizada la ascensión y recorridos más de cinco kilómetros regresan al picadero, donde finaliza la ruta.